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martes, 20 de septiembre de 2011

El cineasta que tiene la cámara en su ojo... (literalmente)

El documentalista canadiense Rob Spence siempre ha amado la ciencia ficción.
Tanto, que cuando perdió su ojo, hace seis años, se inspiró en algunos de sus héroes.
"Hay muchos personajes de la cultura pop y de la ciencia ficción que tienen un ojo-cámara. De hecho, algunas personas que han perdido un ojo, bromean con que tienen un ojo-cámara".
"En mi caso, yo (pasé de la broma a) hacerlo".
Con la ayuda de un ex empleado de una empresa de satélites, Spence desarrolló una cámara que se adapta a la cuenca donde se encontraba su ojo.

De esa manera, "Eyeborg", como se llama a sí mismo, nació.
El accidente
El daño original que sufrió su ojo derecho se produjo tras un accidente que ocurrió cuando tenía nueve años.
"Estaba visitando a mi abuelo en Irlanda del Norte y me pareció que era buena idea tomar su escopeta calibre 12 e ir a dispararles a algunas boñigas de vaca".
"No estaba agarrando bien el arma y eso le causó un profundo trauma a mi ojo".
El deterioro fue gradual. Con el transcurso de los años, Spence fue perdiendo la visión en su ojo.
Cuando el órgano se encontraba en un estado irrecuperable, los cirujanos recomendaron su extracción para prevenir que el otro ojo fuese afectado.
Spence no siente que ha perdido gran parte de su capacidad. Quizás se deba a que el deterioro de su ojo fue paulatino.
Niega que su búsqueda de un ojo-cámara tuviera como objetivo principal mejorar su visión.
"La motivación para poner una cámara ahí fue una combinación de ser un adulto inmaduro que quiere ser como Star Trek o el Hombre Biónico y una oportunidad para hacer documentales que tienen un punto de vista más literal".
Tecnología
La cámara fue construida por su amigo e ingeniero Kosta Grammatis, que trabajaba para la compañía de satélites y cohetes SpaceX.
Se entendieron tan bien, que Grammatis se mudó con Spence. El primer prototipo del ojo se hizo en una mesa para el café.
Actualmente, el ojo, que va por su tercera encarnación, transmite imágenes de video -que se captan en vivo- a un monitor inalámbrico.
El dispositivo se introduce en una bola de coral que se acopla a la cuenca u órbita donde estaba su ojo antes de ser removido. Es como si se tratara de un ojo estético.
La cámara se mueve conjuntamente con su otro ojo, lo cual significa que Spence puede dirigir la cámara hacia su objetivo.
De hecho, se trata de una parte fundamental de su forma de hacer documentales.
"Cuando estoy filmando a alguien, la persona mira directamente a mi ojo porque me está hablando. No es que me esté hablando a través de la cámara. Yo parpadeo y miro. Es mucho más similar a la forma cómo vemos el mundo".
Viaje biónico
Su última película es un documental de 12 minutos que está vinculado al lanzamiento de un videojuego que es protagonizado por un humano biónico que tiene su propio ojo-cámara.
Para Spence, durante el desarrollo del dispositivo se gestó una oportunidad para explorar algunas innovaciones que se están llevando a cabo en todo el mundo en el campo de la ciencia biónica y para conocer a sus creadores.
Estos contactos incluyeron su entrevista con Miika Terho, un finlandés que sufre de un tipo de ceguera hereditaria y que ha probado un implante de ojo que le permite percibir grandes formas y luces.
Spence considera que el futuro de la visión biónica está en el campo de la tecnología de alta definición.
"Yo comparo la tecnología del ojo biónico -que tiene que ver con la restauración de la visión y no con el dispositivo que tengo yo- con las primeras etapas de la televisión. Sólo a medida que la televisión fue progresando, fue dejando atrás las imágenes borrosas para reproducir algo muy similar a la visión humana. Veo que lo mismo está pasando con la tecnología para la restauración de la visión".

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