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miércoles, 31 de agosto de 2011

Nadie sabe para quién trabaja: ironía tras la máscara de Anonymous

Venta de mácaras reporta millones a enemigos de Anonymous. Foto: Reproducción
Venta de mácaras reporta millones a enemigos de Anonymous.

En la actualidad, el heterogéneo y multinacional colectivo "Anonymous", es el grupo de hackers anarquistas más popular del mundo. Perpetrando ataques informáticos a gobiernos y empresas de distintos países, en algunas ocasiones, sus integrantes han apagado los PC´s para salir a protestar en público. Los motivos son varios y van desde leyes contra la piratería al encarcelamiento del creador de Wikileaks, Julian Assange.
Pero sin duda -a nivel estético- lo que distingue las manifestaciones de Anonymous que comenzaron el año 2008, es la máscara que lleva puesta la mayor parte de sus integrantes. Esta última se trata de la misteriosa "Guy Fawkes", un diseño que se hizo famoso por la película basada en V de Venganza, la novela gráfica de Alan Moore.



En el relato de Moore, la máscara es utilizada por un justiciero que lucha en solitario para liberar a los ciudadanos de la tiranía del gobierno. Sin embargo, por estos días, el atuendo se ha convertido en objeto de la atracción del hacktivismo y a su vez, una de las máscaras más populares del mundo. Su fabricante, la empresa "Rubies Disfraz", vende más de 100.000 cada año. Además, dicho producto es uno de los más vendidos en amazon.com, amazon.co.uk y amazon.de.
Ahora bien, la máscara de V está sujeta a derechos de autor. Así, cada vez que Rubies vende uno de estos productos, un recorte de los beneficios va a Warner Bros, que hizo la película. Como uno de los seis grandes estudios de Hollywood, Warner es una una subsidiaria de Time Warner, y por tanto, miembro de la Motion Picture Association of America, uno de los principales adversarios de Anonymous en la lucha por la piratería online. Lo anterior se ha visto en otros casos, como poleras con la imágen del Ché Guevara, producidas por grandes empresas, gracias a la mano de obra barata de miles de trabajadores de países subdesarrollados.
Bueno, en "democracia", cada uno es libre de comprar o no lo que quiera, incluso a riesgo de parecer insonsecuente. También habrá otros que piensen que el tema no es para tanto. Y tú ¿qué piensas?  

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